Salta

Salta supo conservar las huellas de su pasado. Y encuentra su cuna en la ciudad de Salta, una de las mejores preservadas de la Argentina.

Es ideal para caminarla, el recorrido conduce a la Plaza 9 de julio, el punto central de la ciudad. Alrededor de la misma se ubica la Catedral, una de las más bellas de Argentina, el Cabilido y el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM).

El MAAM conserva un valioso patrimonio arqueológico, que da cuenta de la presencia inca en el Norte de Argentina: los Niños del Llullaillaco, hallados conservados por el frío en la cima del volcán homónimo a 6.700 m.s.n.m.

Ofrendados en sacrificio ritual hace más de 500 años, junto a un ajuar de oro, plata y tejidos, el santuario incaico más alto que se conoce hasta el momento es impactante - el frío mantuvo los cuerpos congelados y los objetos intactos. 

El Paseo Güemes, de gran movida gastronómica en los últimos años, con el Monumento a Martín Miguel de Güemes - héroe fundamental de la Independencia de Argentina - es otra de las paradas que no se pueden obviar.

Otro imperdible es el Convento de San Bernardo, cuyo portal de madera fue tallado por aborígenes de la zona. En los alrededores de este circuito abundan locales de artesanías y regionales, bares y restaurantes que ofrecen delicias gastronómicas típicas.

El teleférico al Cerro San Bernardo es un clásico. Una vez en el cerro, se llega al "balcón" de Salta. Aquí se obtiene una vista panorámica espectacular de la ciudad.

En el interior de la provincia también se encuentran edificaciones con influencias hispánicas, haciendo que cada visita se convierta en un viaje al pasado.

Tierra de gauchos, la provincia se caracteriza por su tradición historia y la hospitalidad de su gente. Salta es una invitación a compartir costumbres, arte, cultura, tradiciones y a ser parte de sus fiestas, mitos y leyendas. Una de las características de la provincia es la espiritualidad y fe de su gente, reflejadas en su devoción. Testimonio de esto son sus templos, iglesias y capillas diseminadas en cada rincón de Salta. La Procesión del Señor y la Virgen del Milagro es el acto de fe más importante

La generosidad de la naturaleza se expresa en los ricos ecosistemas de sus tres Parques Nacionales, que resguardan la variedad su flora y fauna. En el sudeste de Salta se ubican los Valles Calchaquíes. Paisajes asombrosos, colores, pueblos históricos, artesanías, arqueología y una gastronomía autóctona se suman a servicios de excelencia.

La Ruta del Vino más alta del mundo, con viñedos a más de 3.000 metros de altura. La amplitud térmica de la zona favorece las características organolépticas propias con una alta concentración de aromas, sabores y colores. El vino emblemático de salta es el torrontés, se distingue por su intenso aroma y sabor frutado. Tan rica como su historia, la gastronomía salteña es una de las más reconocidas en Argentina. Desde las famosas empanadas hasta los platos gourmet más elaborados, hacen de Salta una invitación al deleite.

En la inmensidad del altiplano, ubicados a mas de 4.000 metros, se encuentran los picos con nieves eternas, extensos mares de sal, lagunas repletas de flamencos y vicuñas que se mimetizan en el paisaje desértico.

El Tren a las Nubes es el tren más asombroso de la Argentina y uno de los más altos del mundo, trasmite en la inmensidad del paisaje un sinfín de sensaciones: asombro y quietud, colores en contraste y por supuesto la experiencia de un icono nacional único, llegando al Viaducto La Polvorilla a 4.200 metros sobre el nivel del mar, donde se puede contemplar la puna salteña en todo su esplendor.

Los Valles y las quebradas, la selva y la puna convierten a Salta en el lugar ideal para descubrir y practicar un gran número de actividades de aventura en contacto directo con la naturaleza.

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